En muchas partes del planeta las diferencias sociales entre mujeres y varones siguen siendo abismales, en otras el feminismo está siendo dejado de lado y la nueva tendencia es que la mujer saque lo mejor de su sabiduría y esencia femenina en función del progreso social.
Se advierte claramente, en los nuevos comportamientos entre los sexos, que soplan nuevos vientos… y además que estos, son rosas.
Las mujeres, en su afán de lograr puestos laborales antes solo obtenidos por los hombres, respeto e igualdad, se personifican en machos y están perdiendo su esencia femenina, desdibujándose y empujando a los varones con dobles mensajes como «soy autosuficiente, pero busco un hombre protector».
El antiguo sistema de organización social que le asigna al varón roles de poder y a la mujer aquellos que, curiosamente, son los que implican trabajo no remunerado, abnegación y esfuerzo también manejan, con esta filosofía, las relaciones sexuales y de pareja.
Sumarse al cambio es importante para gestar una nueva sociedad equilibrada donde los niños crezcan con verdaderos referentes y nuevos valores, no sufran el abandono de madres hiper trabajadoras o padres machistas, y puedan crecer con mejores modelos de flexibilidad en cuanto a roles, poder y responsabilidades.
Antes de poder «armonizar al mundo», como la cultura new age indica, la mujer debe dedicarse a materializar un mundo de igualdad aún no existente, y el hombre a acompañar y sumarse a este objetivo. Quizás puedan verse los primeros adelantos en la cama antes que en la calle, sería sano.
Solía decirse que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, pero hoy, detrás de una gran mujer, suele no haber nadie.