Cuando hablamos de anticoncepción, por lo general pensamos en dos cosas: condones o píldoras. Si bien es cierto que existen otras formas de anticoncepción, estas son las más difundidas, y en algún modo, las más eficaces. Sin embargo, siempre son las mujeres quienes deben ingerir las píldoras, cuyo altísimo contenido en hormonas, no a todas les «cae» bien, y sienten las consecuencias en el hígado, el estómago, los riñones, el sistema nervioso, etc.
Por eso, con razón, siempre las mujeres han preguntado: ¿por qué no son Ustedes (los hombres) los que llenan su organismo de sustancias?. Pues parece que sus ruegos han sido escuchados…
Un grupo de científicos australianos han probado con razonable suceso una inyección de hormonas que inhibe la producción de espermatozoides. Esto permitirá que los varones modifiquen su metabolismo a fin de evitar embarazos no deseados.
El tratamiento fue probado en 55 parejas, cuyos hombres recibieron la inyección cada tres o cuatro meses para impedir la producción completa de esperma hasta 12 meses. La medicación aplicada es una combinación de hormonas masculinas y progestina que impidió el embarazo de las parejas tratadas durante un año.
El desarrollo está en sus primeros pasos, pero los científicos consideran que el producto final será una inyección que los hombres deberán aplicarse cada tres o cuatro meses y que no provocará efectos secundarios en la salud.