Estudiosos de la Universidad de Cornell han publicado un informe que ha causado cierto revuelo en el mundillo de los expertos en sexualidad.
Este informe de la prestigiosa Universidad declara que los seres humanos nos hallamos «programados» biológicamente para sentirnos apasionados por el sexo opuesto de 18 a 30 meses. Ni un minuto más. Y explican los motivos de tamaña afirmación…
mediante estudios que demuestran que ese tiempo es por demás suficiente para que la pareja se conozca, tenga relaciones sexuales y procree. El fin último de la Naturaleza: la supervivencia de la especie.
Por supuesto que muchos expertos han encontrado «osadas» las afirmaciones salidas de Cornell y consideran que aseverar tal cosa equivale a considerar al ser humano una especie de «organismo vivo«, sin capacidad de relacionarse, ni afectividad, ni inteligencia emocional, entre otras cuestiones.
«Sería negar lo que las escuelas psicológicas han demostrado a lo largo de siglos», se exasperan algunos.
Lo cierto es que la revolución parece haberse instalado entre nosotros y con la libertad sexual de la mujer (a partir de la píldora anticonceptiva), su autonomía ha crecido, pudiendo valerse por sí misma (especialmente en el ámbito económico) y separándose definitivamente de los roles pre-asignados de fertilidad y maternidad que condujeron sus actos durante milenios.
Biología aparte, los estudiosos de Cornell parecen haber abierto una «caja de Pandora» que, sin dudarlo, traerá consecuencias en los ámbitos académicos y propiciará el debate sobre algo tan ancestral como el hombre mismo.