El libre ejercicio de la sexualidad es un derecho inalienable del ser humano y no debe ser impedido por discriminación de ninguna índole.
Esto, que suena tan bien en la teoría, es una lucha cotidiana para muchas personas que por diferentes motivos, ven limitados o incluso, impedidos, algunos de sus derechos, el de la sexualidad entre ellos.
Hoy mencionaremos a las personas obesas, que por su condición física ven seriamente modificados sus hábitos sexuales y hasta el ejercicio de la misma.
Una persona con obesidad, considerando la obesidad como una enfermedad, tienen los mismos derechos a una sexualidad plena que cualquier otra persona, pero es importante que reciba la educación necesaria para poder disfrutar de su intimidad de la manera más cómoda y segura posible.
Las personas obesas pueden informarse en los principales centros de salud de su ciudad respecto de consejos y técnicas específicas para cada caso. Los expertos recomiendan una gran dosis de paciencia y bajar las expectativas de rendimiento sexual para las personas con exceso de peso.
También es posible que se valgan de algunos «trucos» como utilizar superficies de apoyo o sostén, la práctica del sexo oral, coito asistido (se sugiere en los casos más graves mediante el uso de poleas y arneses), juego sexual sin penetración, masturbación mutua, y otras tantas formas de vivir la sexualidad de manera saludable.