Alguna vez hemos comentado sobre las fantasías sexuales que involucran a más personas en el acto sexual. Ya puede tratarse de otro hombre, otra mujer o varios de ambos sexos.
El sexo grupal no es una novedad, sin embargo a partir de los años 70, la humanidad comenzó a vivir una revolución en materia de sexualidad y a experimentar con nuevas formas de relaciones eróticas. En este contexto nacen los «swingers«, una manera muy particular de integrar más gente a tu sexualidad.
La masividad de los medios de comunicación actuales han abierto un interesante espectro a quienes buscan este tipo de prácticas sexuales. Por lo general son parejas sólidamente constituidas, que deciden «intercambiar» (de allí su nombre) sexo con otras parejas, y exponen su interés en periódicos, internet, etc. La práctica «swinger«, a decir de sus adeptos, tiene límites bien precisos:
- No se involucran afectivamente con la otra persona
- Los celos no tienen cabida en estas prácticas
- Si se establece un límite (sin penetración, por ejemplo), los mismos son comunes a ambas parejas.
¿Cuáles son los riesgos?
- Que la pareja propia goce más con el componente «invitado»
- Que los afectos comiencen a formar parte y la pareja se resienta
- Que los límites comiencen a flexibilizarse y se pierda el control de la situación.
En cualquier caso, estamos hablando de personas adultas, conscientes de su propia sexualidad y dispuestos a asumir los riesgos que este tipo de fantasías puede generar. ¿Te animarías a compartir tu pareja con otra persona?