Si la poetisa Safo (Siglo VII a.C) se hubiera dedicado a la moda, la cocina o cualquier otra actividad menos controversial que la filosofía, otra sería la historia. Es que la célebre Safo dedicó gran parte de su obra a elogiar el amor entre mujeres, y como había nacido en Lesbos (al este del Mar Egeo), de allí a denominar «lesbianas» a las mujeres homosexuales, hubo sólo un paso.
El problema surge cuando debemos aplicar el gentilicio a los habitantes de tan paradisíacos paisajes… Esto ha generado una polémica que culminó en los tribunales griegos movilizado por algunos ciudadanos que creyeron sentirse agraviados por el término en cuestión.
Sin embargo los jueces entendieron que la palabra «lesbiana» de ningún modo menoscaba la identidad de los habitantes de la isla por lo que no hizo lugar al pedido de prohibir el uso de dicho término para referirse a aquellas mujeres que sienten atracción física hacia otras congéneres, y por lo tanto, los colectivos homosexuales de todo el mundo podrán continuar haciendo uso de dicha expresión.
Los dirigentes de las comunidades lésbico–gays de Grecia se mostraron complacidos por la decisión judicial y aliviados por el hecho de no tener que verse en la obligación de «crear» otro término para definir a esta preferencia sexual.
Los demandantes no sólo vieron frustrado su pedido, sino que deberán pagar 250 euros por los gastos ocasionados al tribunal. De todos modos anunciaron que apelarían la medida.