Cáncer es una palabra aún temida por casi todos los grupos humanos. Es que este temible diagnóstico se asocia de inmediato a la muerte. Sin embargo es muy importante ser conscientes de que cualquier tipo de cáncer DETECTADO A TIEMPO posee altas probabilidades de detención e incluso de cura.
En el caso de los hombres, tal vez el fantasma más presente es el del cáncer de próstata, pero hay otro que no debes olvidar: cáncer de testículos. Entérate cómo detectarlo y sus formas de tratamiento.
Al igual que en el caso de las mujeres con la atención a sus senos, el hombre debe dedicar diariamente unos minutos (el mejor momento es durante la ducha) para palpar y observar detenidamente sus testículos y así descubrir a tiempo cualquier pequeña modificación que pudiera ser indicio de cáncer.
Existen diferentes tipos de tratamiento (radioterapia, quimioterapia, etc.), siendo la cirugía la forma más contundente de eliminación de células cancerosas. En algunos casos se extirpa sólo un testículo y en otros, los dos. Por lo general el paciente recibe apoyo psicológico pues esta ablación representa un fuerte impacto en la autoestima masculina debido a la consiguiente esterilidad, entre otras causas.
Los principales factores de riesgo son: ser de raza blanca, poseer antecedentes familiares de este tipo de afecciones, malformación testicular (uno MUCHO más pequeño que el otro – debes recordar que siempre hay un testículo más pequeño pero esta diferencia debe ser bien notoria para considerarlo factor de riesgo), síndrome de Klinefelter (apariencia femenina).
Durante una palpación testicular debes buscar bultos o protuberancias en cada glándula, líquido acumulado en el escroto, dolor o inflamación, y acudir rápidamente a la consulta profesional.
Existen casos muy renombrados de personajes famosos que han sufrido este tipo de afección y que han podido rehacer sus vidas con normalidad luego de una intervención quirúrgica. En este, como en otros tipos de cánceres, el tiempo de detección juega un rol de vital importancia.