Uno de los principales reclamos entre miembros de una pareja suele ser la actitud que cada uno toma luego del sexo. Distintos como somos, hombres de mujeres, cada quien tiene necesidades diferentes que satisfacer con posterioridad al acto sexual.
Y por lo general, estas necesidades no coinciden, y esto suele ser motivo de discusión. ¿Tú que haces después de hacer el amor?
Condicionados al fin por el comportamiento hormonal en cada sexo, el cuerpo nos demanda diferentes conductas. Las mujeres por ejemplo, necesitan ser abrazadas, contenidas, besadas. Esto se debe a la extrema sensibilidad que se produce en el organismo femenino posterior al sexo.
También es posible que deseen continuar la sesión, olvidando que el hombre requiere de cierto tiempo (período refractario) para recuperar su energía antes de un nuevo coito.
Otras mujeres demuestran su sensibilidad con una crisis de llanto, que lejos de ser angustiado o apesadumbrado, suele ser una exteriorización del estado de conmoción interna que atraviesan luego de un orgasmo intenso.
Por parte de los hombres, el primer instinto (y tal vez el más fuerte) sea la necesidad de dormir. Esto se debe también a la revolución hormonal del organismo masculino y la profunda relajación muscular que experimenta durante el acto sexual.
Es fundamental reconocer también la necesidad de silencio que manifiesta el varón, vinculada a la misma relajación corporal de la que hablamos.
En cualquier caso, es muy importante que tanto uno como otro miembro de la pareja recuerde estas necesidades de su compañer@ para atenderlas y consolidar así una relación personal que va más allá del sexo, al tiempo que hará más placentera cada sesión sexual.
