No te vamos a decir que el vino es uno de los más potentes afrodisíacos del mundo, pero seguro que después de leer esto, para la siguiente cena romántica que prepares con tu pareja, seguro que añades alguna copita.
Y es que el vino en una cena es un complemento perfecto, que desinhibe (en su justa medida) y nos «predispone» un poco más. Disminuye la depresión, lo que hace que el período de excitación se acorte. Y no lo digo yo, sino un grupo de científicos. Precisamente un grupo de estudiosos de la universidad de Florencia (zona de muy buen vino, doy fé), han hecho un interesante descubrimiento.
Un par de copitas podrían aumentar la libido de las mujeres, según han contado a partir de un estudiuo realizado en Chianti (Toscana) a mujeres de edades comprendidas entre los 18 y los 50 años.
La conclusión fue que los niveles de deseo sexual en las mujeres que se tomaban una copita era mayor que en las que no lo hacían. Y es que el aumento de flujo sanguíneo a las zonas del cuerpo podría ser la explicación de todo este asunto.
Foto de la voz a ti debida