Una cosa está clara: con el pene no se juega. Y es que perder el pene es un asunto lo suficientemente serio como para plantearse poner una denuncia al hospital, en el caso de que tenga responsabilidad sobre la pérdida del pene en cuestión.
La historia suena un poco rara, pero a pesar de lo que pueda parecer, se trata de una historia real que le sucedió a un hombre de Louisville, en Kentucky. Se trata de un excombatiente del ejército de los Estados Unidos, Michael D. Nash, que después de ser operado, vivió un acontecimiento un poco extraño, con nefastas consecuencias.
Y es que una de las enfermeras del hospital le mantuvo su miembro con hielo durante nada más y nada menos que 19 horas, lo que hizo que se acabar congelando, y tuvo que ser amputado. Todo fue después de una cirugía en el área inguinal, y aunque nada hacía presagiar que la operación acabaría con la amputación del pene, finalmente el hombre se quedó sin su miembro viril.
Como era de suponer, ha denunciado al hospital, y reclama 10 millones de dólares ya que considera que no solo se le ha privado de su virilidad, sino también de la capacidad de orinar como un hombre normal y corriente.
Sin duda, hay que reconocer que debió ser todo un trauma…
Vía| Panorama