Revolucionó la sexualidad humana cuando, allá por la década de los 60´s, hizo su aparición masiva como opción anticonceptiva. Las mujeres acudieron a ella como abejas a la miel y – sin el fantasma del SIDA – los hombres agradecieron que existiera un método para la mujer y poder librarse del «incómodo» condón. El tiempo aniquilaría también esas esperanzas masculinas.
Hablamos por supuesto de la mundialmente conocida «píldora» y aquí te dejo la primera parte de una lista de aspectos que debes conocer sobre este método anticonceptivo. Sabías que…
- Modifica el ph vaginal y favorece las infecciones micóticas
- Su consumo no supone riesgo de embarazos múltiples cuando se suspende
- No incide ni aumenta el riesgo de cáncer de mama
- No influye en el potencial desarrollo de cáncer de cuello de útero
- Brinda protección a los ovarios, y ésta se prolonga durante varios años luego de suspender el uso de la píldora
- No requiere descansos obligatorios. Por el contrario, los descansos fomentan el riesgo de embarazos no deseados.
- Si bien en sus comienzos aumentaba la producción de vello, los componentes actuales ya no presentan este riesgo
- La progesterona que contienen las píldoras tienen efecto sedante, pero no puede asegurarse que provoquen depresión
- No afectan la libido ni disminuyen el deseo sexual.