sábado, enero 18, 2025
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Infidelidad en Navidad: ¿por qué las fiestas se convierten en el escenario perfecto para romper las reglas?

La Navidad, esa época del año que evoca unión, nostalgia y calidez, también es el telón de fondo de una realidad menos romántica: la infidelidad. Según una encuesta reciente de Ashley Madison, la plataforma líder en relaciones discretas, las fiestas navideñas, y en especial las cenas de empresa, son el epicentro de aventuras amorosas que pocos confiesan, pero muchos protagonizan.

Un 61% de los encuestados admite haber deseado tener una aventura en las fiestas de la oficina, y un 40% realmente lo llevó a cabo. De ellos, un sorprendente 93% no se arrepiente, un 85% asegura que nunca fue descubierto, y un 82% afirma que no hubo consecuencias, evidenciando que estos encuentros suelen ser tanto intensos como discretos.

¿Por qué las cenas de empresa se prestan tanto a las infidelidades?:

La Psicóloga y Experta en terapia de parejas, Lara Ferreiro, explica que el fenómeno responde a una combinación explosiva de factores que ella denomina el “Cóctel Navideño”. Según Ferreiro:

  • Proximidad laboral: “El roce diario genera vínculos que pueden superar los límites profesionales. Está demostrado que pasar más de 200 horas junto a una persona aumenta la probabilidad de desarrollar atracción sexual o romántica, especialmente en profesiones de alto estrés como médicos, policías o bomberos”.
  • Alcohol: “Actúa como un desinhibidor y puede llevar a decisiones impulsivas que probablemente no se tomarían en otras circunstancias”.
  • Dramas familiares: “La presión emocional típica de estas fechas hace que muchas personas busquen una vía de escape”.
  • Necesidad de conexión humana: “Aumentada por el espíritu festivo y el clima invernal”.
  • Falta de supervisión sentimental: “La ausencia de la pareja en las cenas de empresa fomenta una sensación de libertad que muchos valoran”, añade.

Este cóctel emocional explica también las razones que los encuestados de Ashley Madison dieron para justificar sus aventuras durante estas celebraciones:

  1. Atracción por el compañero de aventura (59%): La chispa acumulada durante el año encuentra su momento perfecto.
  2. Dejarse llevar por la festividad (52%): La energía de las celebraciones empuja a disfrutar el momento sin pensar en las consecuencias.
  3. Insatisfacción con la pareja principal (26%): Las tensiones en la relación se convierten en un detonante.
  4. Demasiado alcohol (22%): Las inhibiciones caen, y las decisiones impulsivas dominan.
  5. Soledad durante las vacaciones (12%): El deseo de conexión se intensifica durante esta temporada.

Lugares donde se desatan las pasiones

Cuando la pasión llama, los amantes no se andan con rodeos. Los lugares más comunes para estas aventuras incluyen:

  • Hoteles (25%): Perfectos para quienes buscan privacidad absoluta.
  • Casas (16%): Escenarios para quienes disfrutan del riesgo.
  • Coches (15%): Un momento íntimo y fugaz antes de volver a casa.
  • Oficinas (14,5%): Donde las aventuras se concretan al día siguiente.
  • Durante el evento (13,6%): Para quienes no pueden esperar.

¿Quién es el amante ideal en la cena de empresa?

La encuesta también revela patrones claros sobre las preferencias de los infieles:

  • 78% opta por un compañero de trabajo, aprovechando la cercanía y la confianza que genera el entorno laboral.
  • 39% confesó haber tenido una aventura con el cónyuge de alguien, llevando el riesgo y la adrenalina al siguiente nivel.
  • 24% admitió que fue con un jefe o colega superior, destacando la atracción hacia figuras de autoridad y el poder en el ámbito laboral.

¿Culpa? No, gracias

Lo más sorprendente es que un revelador 93% de los encuestados no se arrepiente de sus aventuras, considerándolas algo casi normal, una vía para liberar el estrés acumulado durante el año. Según Lara Ferreiro, esto se debe a la percepción generalizada de ue “lo que pasa en la cena de Navidad, se queda en la cena de Navidad”.

Un fenómeno con tintes de prejuicios

Aunque las infidelidades no distinguen géneros, las mujeres siguen enfrentando un juicio social más severo. El 30% de los encuestados considera que ellas sufren consecuencias más graves que los hombres por involucrarse en estas aventuras, un reflejo de sesgos culturales que persisten pese a los cambios en las dinámicas de género.

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