La moderna sexología define a las disfunciones sexuales como «alteraciones persistentes de una o varias fases de la respuesta sexual». Y hacemos hincapié en la palabra «persistentes«, pues todos los hombres a lo largo de su vida sexual experimentan algún tipo de dificultad para alcanzar una erección o un orgasmo, pero si no se torna permanente, no puede ser considerada como una «disfunción» que merezca tratamiento médico.
Pueden clasificarse en:
Primarias: cuando se han presentado desde siempre.
Secundarias: cuando la disfunción aparece luego de un tiempo de vida sexual normal.
Selectivas: se manifiestan con algunas personas sí o con otras no, o en determinadas circunstancias.
Las causas de las disfunciones pueden ser biológicas (edad,infecciones, enfermedades, medicamentos, etc.); psicológicas (personalidad, fobias, traumas, etc.); socio-educativas (represión, prejuicios); de pareja (incomunicación).
La única manera de superar estas difíciles situaciones que afectan no sólo la vida sexual, sino las relaciones de pareja o de entorno, es reconocer que tienes un «problema«, pues no podrás ponerte en acción si sientes que no hay nada por resolver.
Un profesional adecuado, podrá recomendarte el mejor tratamiento para que recuperes tu vitalidad y plenitud sexual.