¿Por qué el sexo es privado?

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A menos que seas un exhibicionista declarado, coincidirás conmigo en que por lo general los seres humanos ocultamos nuestras relaciones sexuales de la mirada de los demás. Pero no somos los únicos. Algunos animales tampoco desean ser observados mientras copulan

Según el médico alemán Jürgen Brater, una autoridad en materia de difusión científica y autor del libro «Lo que nunca le preguntaron a Fleming» asegura que éste hábito responde a ancestrales mandatos que aún perduran en la información que guardan nuestros genes.

Los chimpancés, por ejemplo, buscan – al igual que el ser humano – lugares tranquilos y apartados del resto de la manada para poder mantener relaciones sexuales. Esto se debe a que si llegase a ser visto por otro mono, tal vez un macho alfa (líder de manada) correría peligro su vida al poner en juego cuestiones «territoriales» y de dominio sobre los congéneres.

Brater se anima a esbozar esta teoría como fundamento de las conductas sexuales humanas. Aún no han surgido voces que se atrevan a oponerse a estos razonamientos, pero lo cierto es que si lo piensas, no existe una razón de peso suficiente para justificar el supuesto «pudor sexual» que nos invade a la hora de la intimidad.

¿Lo habías pensado antes?

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