Estimular los senos

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La extrema sensibilidad en los senos es uno de los mitos más difundidos de la sexualidad femenina. Si bien las terminaciones nerviosas son abundantes en esa zona, no todas las mujeres experimentan placer al ser estimuladas en sus pechos.

Aquellas que sí denotan sensaciones eróticas pueden llegar a un orgasmo, aunque son las menos. Por lo general el placer de la estimulación se traduce en una mayor lubricación vaginal y una sensación de cosquilleo en el área de la vulva, que el compañero sexual deberá saber aprovechar para que esta parte del juego erótico tenga grandes posibilidades de contribuir a un orgasmo prolongado y satisfactorio.

Es tarea del varón ejercitar distintos tipos de estimulación con paciencia y habilidad, ya que por lo general las mujeres suelen quejarse de que los hombres arremeten contra sus pechos frotándolos y apretándolos, acciones que no les provocan a ellas ningún placer.

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Los besos húmedos, las caricias suaves y la sutil succión de los pezones suelen ir sensibilizando la zona con el paso del tiempo.

Aquí una vez, prima la necesidad de comunicación entre la pareja para que la mujer guíe a su compañero abriendo los caminos del placer a través de la excitación de sus senos.

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