La pornografía es cada día más consultada en la web, y cada día más personas se ven convirtiéndose en aficionados a la misma, de una manera que preocupa a los expertos en sexualidad y comportamiento humano. Sobretodo, porque la pornografía virtual y las relaciones virtuales que van surgiendo a través de la web, han dado paso a una distorsión sobre la sexualidad, en aspectos como el tamaño del órgano sexual masculino, la frecuencia o la duración de los encuentros sexuales.
La pornografía, ha creado una sociedad en que surgen estados de ansiedad y estrés, así como de desencanto en la búsqueda de imágenes tergiversadas sobre de cómo deben ser las relaciones sexuales y cómo debe ser una persona en el entorno de la alcoba. Y esto es resultado de la constante de consultar la abundante pornografía que existe en la web, y de la que se sabe millones de personas entre adultos y jóvenes consumen diariamente.
Como resultado de esas imágenes sexuales y actitudes irreales de la sexualidad virtual, es que cada día más personas se ven afectadas por situaciones que hasta ahora, existían pero no en la cantidad que cada día va en aumento de casos como la falta de erección, eyaculación precoz en ellos y dolor durante el acto sexual para ellas. Además de situaciones de inseguridad extrema que les lleva a evitar las relaciones sexuales normales y aficionarse al sexo virtual.
El deseo oculto de ser mejores físicamente y tener una sexualidad poderosa, se ve convertido en un problema de hoy. Cada día más hombres y mujeres viven la inseguridad de aceptarse tal como son, y de considerarse inadaptados a nivel sexual, al querer imitar como hemos dicho, situaciones de fantasía que alimentan las escenas pornográficas que consultan a través de la web. La inseguridad personal se ve aumentada al querer que la pareja sea similar a lo que ven en los filmes pornográficos, que lejos están totalmente de realidad alguna.
Hay que mantener el control sobre si mismo, e igual que evitamos situaciones que nos pongan en cualquier tipo de peligro, en la vida cotidiana normal, debemos asumir que consumir pornografía puede convertirse en una afición que nos causará problemas de índole psicológico y sexual que no deberíamos tener, y que puedan arruinar nuestra vida.