Nadie puede negar que la aparición de las píldoras anticonceptivas allá por los años ´60 desató una auténtica revolución tanto en el universo femenino como en la sexualidad de pareja.
Pero ¿es cierto que el consumo prolongado de este tipo de drogas puede disminuir el deseo sexual?
En los primeros «modelos» de píldoras, los niveles de estrógenos y progesteronas que éstas eran capaces de producir, es posible que tuvieran algún tipo de impacto en la libido de la persona, reduciéndola.
También era común evidenciar cierto aumento en la masa corporal y algún tipo de desequilibrio leve en el sistema nervioso central.
En la actualidad, el grado de perfeccionamiento que ha alcanzado la industria farmacológica, permite asegurar que el consumo de píldoras anticonceptivas no produce en condiciones normales, reducción en la libido, ni aumento de peso, ni ningún otro tipo de efectos secundarios adversos.
En caso de percibir algún síntoma particular, atribuible o no a la ingesta de píldoras, es preciso recurrir a la consulta ginecológica a fin de poder evaluar a tiempo las posibles causas y determinar el tratamiento más adecuado.