Aunque mucho se ha avanzado en términos de evitar la discriminación en los países más desarrollados, aún quedan ciertos resabios que ponen de manifiesto nuestras peores actitudes racistas y discriminatorias.
En particular en el caso de la homofobia (fobia a los homosexuales), el hecho de que la homosexualidad se muestre más abiertamente en los medios de comunicación, y haya algo más de tolerancia en las sociedades modernas, hace que los hechos parezcan más aislado y queden rápidamente expuestos. ¿Somos más tolerantes con quienes son diferentes?
Podríamos decir que sí, aunque falta aún mucho camino por recorrer. Es cierto también que muchas de las víctimas de este tipo de conductas, no las denuncian formalmente ante los organismos competentes y por supuesto el castigo nunca llega para los responsables.
Por lo general, quienes son discriminados, suelen pensar que «allá cada quien con su opinión» y minimizar el asunto, salvo claro, que afecte seriamente el ámbito laboral o la agresión se haga pública.
La homosexualidad en particular es una forma de elección sexual. Así como a tí te gusta más el helado de chocolate que el de limón, cada quien es dueño de escoger con quién desea dormir. Le moleste a quien le moleste.
¿Estás seguro que todo el mundo acepta tu forma de vestir? ¿De pensar? ¿De actuar? ¿Qué sentirías si fueras discriminado por la religión que profesas o la música que escuchas?
Ponerse en la piel del otro, es el primer paso para crear sociedades más justas y tolerantes, en todos los sentidos.