Entre los muchos alimentos afrodisíacos que conocemos (ostras, mariscos, canela…) hay uno que tiene mucha historia: se trata del jengibre, que desde tiempos muy antiguos se ha considerado como un potente afrodisíaco. De hecho, hay historias y leyendas en torno a él desde hace siglos.
Por ejemplo, hace siglos, se preparaba para «calentar el cuerpo». Una de las aficionadas a sus beneficios era Madame du Barry, una cortesana amante de Luis XV, que ordenaba a los cocineros de la corte que preparasen una mezcla de yemas de huevo y jengibre para que los encuentros con sus amantes fuesen de lo más lujuriosos.
Es cierto que no está científicamente probado que sea eficiente a nivel sexual, pero lo que sí es cierto es que produce un efecto vasodilatador en los órganos de la pelvis, lo que podría estar relacionado con las propiedades afrodisíacas que se le han atribuido a lo largo de los siglos.
La mejor forma de tomarlo es fresco o confitado, así que si te animas, ya sabes. Nos cuentas si lo de sus poderes afrodisíacos es mito o realidad.
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