Chen Li es un artista chino que acaba de crear Art Whore, una performance en la que mantiene sexo en la terraza y en el sótano de la sala de exposiciones en la que la realiza.
Como era de suponer, esto no ha gustado nada en China (teniendo en cuenta cómo son con la censura…) y ha acabado condenado. Ahora, le toca pagar con un año de trabajos comunitarios.
Sus explicaciones, según las que «La tendencia popular de la comercialización del arte no es más que un intercambio sexual con fines comerciales», no le han servido de nada. Y es que la censura china se lo toma muy en serio…