Son muchas las mujeres que sienten cierta curiosidad por practicar el sexo anal con sus parejas, pero que no se atreven a hacerlo porque es una práctica sexual que durante mucho tiempo ha estado considerada algo así como un tabú. Sucedió lo mismo, hace mucho, con el sexo oral, pero poco a poco se ha ido convirtiendo en una práctica muy habitual.
La verdad es que se trata de una práctica sobre la que hay muchas ideas preconcebidas y falsas creencias que hacen que sea visto el sexo anal como algo un tanto oscuro. Sin embargo, las mujeres que lo practican aseguran que puede llegar a ser realmente placentero.
Para empezar, una de las cosas que hay que desterrar de la mente es que el sexo anal siempre es doloroso. Es cierto que hay que lubricarse bien y que hay que hacerlo con cuidado, sobre todo las primeras veces, pero en absoluto debe ser una práctica dolorosa, sino todo lo contrario. Es más, en el caso de que duela, siempre hay que parar.
Por otra parte, para muchas mujeres es algo que consideran «denigrante«, como que las rebaja a un nivel inferior al de su pareja, algo que no es cierto en absoluto. Además, hay que tener en cuenta que para muchas, existe el miedo de que sus parejas las consideren demasiado «abiertas» o «liberales» si acceden a realizar esta práctica, algo que no tiene por qué ser así. De todas maneras, sí es cierto que en los casos de dudas e inseguridades, siempre es importante hablar con la pareja, comentar qué problemas o miedos hay, plantear las posibles preguntas…
La verdad es que se trata de una manera estupenda de descubrir nuevas cosas con la pareja y de explorar nuevas sensaciones, eso sí, siempre partiendo de la confianza de uno en el otro y del mutuo acuerdo.
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