Sally Britton y Andrew Knight, de 60 años, tuvieron sexo. Después, él perdió la memoria. Al principio, Sally no se asustó, pero cuando le hizo tres veces la misma pregunta, Sally se dio cuenta de que algo no iba bien.
Ella misma explica qué pasó cuando su pareja perdió la memoria: «cuando me lo preguntó por tercera vez, le dije que me estaba asustando y le pregunté qué estaba ocurriendo. Entonces él empezar a caminar por el piso, cogiendo cosas y mirándolas como si buscara pistas, como si su cerebro estuviera intentando conseguir información. Era fantasmal. Pero no estaba preocupado o agitado. Su comportamiento era de aturdimiento».
De camino al hospital, él no hacía más que preguntar dónde iban, y Sally se dio cuenta de que algo iba mal. Allí, se dieron cuenta de lo que pasaba: Andrew no era capaz de fijar ningún recuerdo nuevo. Sabía quién era, conocía a su pareja, sabía en qué trabajaba… pero no por qué estaba allí o qué día era.
Los médicos descartaron un ataque al corazón, una crisis epiléptica, una encefalitis… Y hablaron de una TGA, es decir, una amnesia global transitoria. Y así fue.
Como le dijeron en el hospital, se le pasó en 24 horas: «Al principio, Andrew parecía estar igual, pero cuando le pregunté qué quería para desayunar, él dijo cornflakes. Sólo decir esa palabra significaba que estaba fijando nuevos recuerdos. El daño no era permanente. Debía de ser TGA. Fue el mejor momento».
Y es que el sexo, la inmersión en agua fría o el ejercicio extremo pueden desencadenar esta enfermedad. Por cierto, para tranquilidad de todos, es bastante rara.
Vía| Telecinco
